Quiero saciar de sed mi fuego, 
soltar todo el silencio 
en cada llama 
avivada con el viento, 
fundirme como un metal noble, 
anclada en el vacío. 
Quiero convertir en ceniza
 tus lágrimas en ascuas, 
y secar con ellas las mías, 
que arden bajo las brasas. 
Cantarte imposibles al oído 
con voz de árboles, 
madera viva incandescente; 
que el rescoldo de esta pasión 
nos recuerde a la chispa que un día
ardió 
y quemó las horas cansadas; 
que nos haga humo sagrado
para así flotar sobre las causas, 
los posibles y los años, 
como ascuas libres que, un día,
 convirtieron una mirada 
en un incendio..
en un incendio..
( Ada Luz Márquez)

 
