Os dejo un texto del genial Galeano sobre Haití:asegura que la historia del acoso contra Haití, que en nuestros días tiene dimensiones de tragedia, es también una historia del racismo en la civilización occidental / Recuerda la invasión de EE.UU desde 1915 hasta 1934 justificando que la raza negra es incapaz de gobernarse a sí misma
La democracia haitiana nació hace un ratito. En su breve tiempo de vida, esta criatura hambrienta y enferma no ha recibido más que bofetadas. Estaba recién nacida, en los días de fiesta de 1991, cuando fue asesinada por el cuartelazo del general Raoul Cedras. Tres años más tarde, resucitó. Después de haber puesto y sacado a tantos dictadores militares, Estados Unidos sacó y puso al presidente Jean-Bertrand Aristide, que había sido el primer gobernante electo por voto popular en toda la historia de Haití y que había tenido la loca ocurrencia de querer un país menos injusto.
El voto y el veto
Para borrar las huellas de la participación estadounidense en la dictadura carnicera del general Cedras, los infantes de marina se llevaron 160 mil páginas de los archivos secretos. Aristide regresó encadenado. Le dieron permiso para recuperar el gobierno, pero le prohibieron el poder. Su sucesor, René Préval, obtuvo casi el 90 por ciento de los votos, pero más poder que Préval tiene cualquier mandón de cuarta categoría del Fondo Monetario o del Banco Mundial, aunque el pueblo haitiano no lo haya elegido ni con un voto siquiera.
Más que el voto, puede el veto. Veto a las reformas: cada vez que Préval, o alguno de sus ministros, pide créditos internacionales para dar pan a los hambrientos, letras a los analfabetos o tierra a los campesinos, no recibe respuesta, o le contestan ordenándole:
-Recite la lección. Y como el gobierno haitiano no termina de aprender que hay que desmantelar los pocos servicios públicos que quedan, últimos pobres amparos para uno de los pueblos más desamparados del mundo, los profesores dan por perdido el examen.
La coartada demográfica
A fines del año pasado cuatro diputados alemanes visitaron Haití. No bien llegaron, la miseria del pueblo les golpeó los ojos. Entonces el embajador de Alemania les explicó, en Port-au-Prince, cuál es el problema:
-Este es un país superpoblado -dijo-. La mujer haitiana siempre quiere, y el hombre haitiano siempre puede. Y se rió. Los diputados callaron. Esa noche, uno de ellos, Winfried Wolf, consultó las cifras. Y comprobó que Haití es, con El Salvador, el país más superpoblado de las Américas, pero está tan superpoblado como Alemania: tiene casi la misma cantidad de habitantes por quilómetro cuadrado.
En sus días en Haití, el diputado Wolf no sólo fue golpeado por la miseria: también fue deslumbrado por la capacidad de belleza de los pintores populares. Y llegó a la conclusión de que Haití está superpoblado... de artistas.
En realidad, la coartada demográfica es más o menos reciente. Hasta hace algunos años, las potencias occidentales hablaban más claro.
La tradición racista
Estados Unidos invadió Haití en 1915 y gobernó el país hasta 1934. Se retiró cuando logró sus dos objetivos: cobrar las deudas del City Bank y derogar el artículo constitucional que prohibía vender plantaciones a los extranjeros. Entonces Robert Lansing, secretario de Estado, justificó la larga y feroz ocupación militar explicando que la raza negra es incapaz de gobernarse a sí misma, que tiene "una tendencia inherente a la vida salvaje y una incapacidad física de civilización". Uno de los responsables de la invasión, William Philips, había incubado tiempo antes la sagaz idea: "Este es un pueblo inferior, incapaz de conservar la civilización que habían dejado los franceses".
Haití había sido la perla de la corona, la colonia más rica de Francia: una gran plantación de azúcar, con mano de obra esclava. En El espíritu de las leyes, Montesquieu lo había explicado sin pelos en la lengua: "El azúcar sería demasiado caro si no trabajaran los esclavos en su producción. Dichos esclavos son negros desde los pies hasta la cabeza y tienen la nariz tan aplastada que es casi imposible tenerles lástima. Resulta impensable que Dios, que es un ser muy sabio, haya puesto un alma, y sobre todo un alma buena, en un cuerpo enteramente negro".
En cambio, Dios había puesto un látigo en la mano del mayoral. Los esclavos no se distinguían por su voluntad de trabajo. Los negros eran esclavos por naturaleza y vagos también por naturaleza, y la naturaleza, cómplice del orden social, era obra de Dios: el esclavo debía servir al amo y el amo debía castigar al esclavo, que no mostraba el menor entusiasmo a la hora de cumplir con el designio divino. Karl von Linneo, contemporáneo de Montesquieu, había retratado al negro con precisión científica: "Vagabundo, perezoso, negligente, indolente y de costumbres disolutas". Más generosamente, otro contemporáneo, David Hume, había comprobado que el negro "puede desarrollar ciertas habilidades humanas, como el loro que habla algunas palabras".
La humillación imperdonable
En 1803 los negros de Haití propinaron tremenda paliza a las tropas de Napoleón Bonaparte, y Europa no perdonó jamás esta humillación infligida a la raza blanca. Haití fue el primer país libre de las Américas. Estados Unidos había conquistado antes su independencia, pero tenía medio millón de esclavos trabajando en las plantaciones de algodón y de tabaco. Jefferson, que era dueño de esclavos, decía que todos los hombres son iguales, pero también decía que los negros han sido, son y serán inferiores.
La bandera de los libres se alzó sobre las ruinas. La tierra haitiana había sido devastada por el monocultivo del azúcar y arrasada por las calamidades de la guerra contra Francia, y una tercera parte de la población había caído en el combate. Entonces empezó el bloqueo. La nación recién nacida fue condenada a la soledad. Nadie le compraba, nadie le vendía, nadie la reconocía.
El delito de la dignidad
Ni siquiera Simón Bolívar, que tan valiente supo ser, tuvo el coraje de firmar el reconocimiento diplomático del país negro. Bolívar había podido reiniciar su lucha por la independencia americana, cuando ya España lo había derrotado, gracias al apoyo de Haití. El gobierno haitiano le había entregado siete naves y muchas armas y soldados, con la única condición de que Bolívar liberara a los esclavos, una idea que al Libertador no se le había ocurrido. Bolívar cumplió con este compromiso, pero después de su victoria, cuando ya gobernaba la Gran Colombia, dio la espalda al país que lo había salvado. Y cuando convocó a las naciones americanas a la reunión de Panamá, no invitó a Haití pero invitó a Inglaterra.
Estados Unidos reconoció a Haití recién sesenta años después del fin de la guerra de independencia, mientras Etienne Serres, un genio francés de la anatomía, descubría en París que los negros son primitivos porque tienen poca distancia entre el ombligo y el pene. Para entonces, Haití ya estaba en manos de carniceras dictaduras militares, que destinaban los famélicos recursos del país al pago de la deuda francesa: Europa había impuesto a Haití la obligación de pagar a Francia una indemnización gigantesca, a modo de perdón por haber cometido el delito de la dignidad.
La historia del acoso contra Haití, que en nuestros días tiene dimensiones de tragedia, es también una historia del racismo en la civilización occidental.
La Poesía puede hacer visible lo invisible y posible lo imposible, al igual que el libro puede ver al árbol que lleva dentro y la hoja en blanco puede ver todos los ríos de tinta que le recorren.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
A mi madre.
Abrazos
Abuela
Acción Poética
Agua
Amistad
Amor
Anciana Sabia
Animales de Poder
Antonio Machado
Aprendizaje
Árboles
Arte
Arte en la calle
Atención
Atreverse
Audio Poemas
Ausencia
avanzar
Belleza
Benedetti
Bosque
Cambio
Caminos
Caminos del alma
Canción Medicina
Canto Universal
caos
Capacidad
Carneiro
Chamanismo
Cielo
Círculo
Círculo de Piedras
citas
Citas de Libros
Claudio Naranjo
Colbert
Com-unión
Comprensión
Compromiso
Conciencia
conexiones
Confiar
Constancia
Contemplar
Coraje
Corazón
Cosquillas
Creer-Crear
Crónicas
cuento para mis niños
cuentos que abrazan
curioseando por la red
Dar-se
DERECHOS HUMANOS
Desamor
Desapego
Desaprender
Desde mi ventana
Deseos
Despedidas
Diálogo
Dignidad
Ecología profunda
EDUCACIÓN
Elementos
Empatía
En clave de UTOPoesÍAS
En la prensa digital
Encuentros vivenciales "El sendero del Águila"
Energía
Ensayos
Entrevistas
Escribir.
Escuchar
EscuelaHijasdelaTierra
Esencia
ESO QUE NO CUENTAN LOS TELEDIARIOS
Espejos
Esperanza
eternidad
Flor de arena
Florecer
Fluir
Fotos recitales
Frank Herbert.
Frases
Freire
Fuego
Fuerza
Galeano
Halcón
Humildad
Im-Posibles
Inocencia
Introspección
J. L. Sanpedro
Justicia
Khalill Gibran
Latiendo
Lealtad
Libertad
Libro UTOPoesÍAS
Libros
Libros de Ada Luz Márquez
Límites
Locura
Lugares
Luna
Luz
m
Madre Tierra
Magia
mágica infancia
Manos solidarias
Más allá de lo aparente
Mensajes
Mexico
Mi primer libro
Mi primer poema
MI PROSA POETICA
Miradas
Mis caminos de Utopía.
MIS VERSOS UTÓPICOS
Momento a momento
Mujer
Música del alma
Nietzsche
Nieve
Oda a la Mujer Imperfecta.
Otro Mundo Posible
Otros mundos
Pajaros
Palabras
Pasión
Paz
Paz interior
Pensamientos NOCTURNOS
Pensamientos Temazcaleros
perder
Planeta tierra
Poesía
poesia entre Cuerdas
Poesía entre Cuerdas
Poetry Slam
Pr-esencia
Premios
Punset
R-evolución
Recitales.
REFLEXIONES
Regreso
reinventarse
Relatos
renacer
Rendición
Resiliencia
Respeto
Respirar
Risa
Rueda Medicinal
Sabiduría
Sanar
Saramago
Saudades
Semilla
Sensibilidad
Sentido
Sentir
Ser
Sesiones online
Silencio
Silvio Rodríguez
Sin miedo
Soledad
Solsticio
Soltar
Somos infinit@s
soñar
Sororidad
Susurros de la Tierra
Tambores
Tiempo
Tótem
Transformación
Tus ojos
Valor
verdad
Viaje
Vida
VIDEOS directos al alma
Viento
visiones
Vivir
Volar
Voz
1 comentario:
Muy muy bueno esto, Lo colgué en el face de tu parte para que la gente te lea el blog y en especial lean los pensamientos de Galeano sobre HAITI.
Besos y suerte en examenes.
Publicar un comentario