A veces, es vital cerrar los oídos y abrir cada poro de la piel, rociarla con el viento errante que no se detiene.
A veces, la soledad nos abriga el alma helada, nos lleva de la mano por caminos nostálgicos del recuerdo y nos arranca el
ego y el apego.
La Soledad es un principio del canto que yace arrojado a la sombra de un único destino,
no como algo tenue,
sino como una llama viva que quema las ascuas
que la retina del alma no quiere olvidar.
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1 comentario:
En mi soledad he visto cosas muy claras , que no son verdad.
Isabel Escudero
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