Se oyen susurros en la línea de fuego,
allí donde el sol no tiene cielo,
donde las miradas no viajan a través de los tiempos.
Es la voz de las alas de un pájaro,
cantando con el trino de lluvias de estrellas,
anuncia un nuevo color en el viento,
vagando errante por mares desérticos,
alimentando con su brillo brotes de esperanza,
que gritan en silencio su llamada
desde las raíces del canto,
desde lo más profundo de la tierra,
impulsando su fuerza erguida
hacia latentes paraísos balsámicos,
alzando la voz de las montañas
que miran hacia el Universo,
un océano flotante de silencio
que calma la libertad del naufragio.
( Ada Luz MR)
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