Abrió los ojos y el corazón,
Tomó impulso...
y voló
por encima
de los años y las causas.
Se sintió flotar,
a lomos de unicornios,
sobrevolando rayos de luz,
al ras del olvido,
bordeando la marchita soledad,
de la mano del viento.
Y aterrizó ...
al borde del comienzo
que nunca inició,
arrojando desde allí
las sombras al pasado.
las sombras al pasado.
Y se sintió renacer
desde sus propias cenizas,
y el viento la llevó flotando
entre ascuas de crónicas heridas.
Entonces intuyó,
que el árbol no es la corteza,
ni el eco es la voz,
ni las estrellas son el universo.
( Ada Luz Márquez)
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