Escribiendo,
las letras caminan sin rumbo,
los versos dan zancadas errantes
por los tramos del destino
que aún nadie dictó,
donde la esperanza
es la que redacta
y el coraje
quien extiende la tinta,
formando trazos andantes
enterrados entre los dedos
de mensajes indescifrables
de un ayer que mira hacia delante.
Este corazón bombea
el Universo que contemplo
desde este sentir que rompe
las paredes de mi cuerpo
mientras las estrellas
deshacen los secretos
de un silencio deshecho.
Y contemplamos expectantes
el susurro del tiempo parado,
y nos deshacemos con cada aliento
exhalando segundos callados.
Y detrás del muro
que desarma las piedras
que cargamos a la espalda,
está sentado el Infinito,
dando su sombra al Mundo
como un árbol de perpetua libertad,
mientras la vida le camina
sucediéndose a través de los ciclos
rumbo a la eternidad.
( Ada Luz Márquez)
(Fotografía de Jerry Ueslmann) |