Me propuse escribir sobre las armas y la pluma sólo cantaba palabras de Amor.
Yo insistía en invocar a la herida y la pluma, aún más palabras de Amor cantaba.
Todo esfuerzo fue inútil. Hasta que decidí dejarme llevar y abandonarme a su canto. Fue entonces cuando se abrió la puerta y floreció la bala...
La pluma sabía que el Amor es el único Arma de Construcción Masiva capaz de darle un giro de 360 grados a esta Humanidad desenamorada de sí misma.
(Ada Luz Márquez)
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