Me niego a escribirte, 
porque escribirte 
es hacerte real
más allá del verso. 
Será que ya eres 
tinta de mi ser, 
hilando letras y dedos,
acariciando 
la piel de la palabra.
Será que yo soy un puente
entre tú 
y los siempres,
los jamases 
y los nuncas.
Será que la palabra nos convierte
en dos vertientes 
del mismo sendero, 
en dos ventrículos de tinta,
donde el corazón 
es el único que late.
Será que te siento tanto, 
en cada poro del alma,
que no quiero nombrarte, 
enjaularte en una palabra,
respirarte en el abismo sumergido
de este folio en blanco
desprendido en mi retina.
Quizás será por eso que, 
aún sin nombrarte,
te estoy escribiendo,
segundo a segundo,
negándome a olvidarte,
llenando el reloj de ti
en el efímero espacio 
de las horas que no han sido. 
( Ada Luz Márquez )

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