Soy aire, tierra, agua y fuego,
el ancestro y el horizonte,
un latido del Universo.
Soy todos los ciclos,
todas las estaciones,
todo lo que nace y muere
y todo lo que permanece.
Soy todo lo que sueño,
lo que avanzo y retrocedo,
puro instinto,
salvaje libertad,
acunada entre mis brazos,
partera de mí misma.
Soy un lugar en este círculo
en este territorio del silencio,
en este misterio delicioso,
oyente del susurro alado del viento.
Un corazón expandido
sin espacio ni tiempo,
sin principio ni fin,
fluctuando entre el estallido
y el hilo de un arroyo,
entre la explosión primigenia
y la calma del último segundo,
la luz y la sombra,
el refugio y el abismo...
un tejido permeable al infinito.
(Ada Luz Márquez)
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