Reflexión a golpe de cafelillo y silencio:
El silencio es un maestro implacable, una dorada moneda que contiene dos caras. Dentro de él conviven la luz y la sombra. En él encontramos la Paz y también el Infierno. Él guarda en su interior todos los secretos de la vida, pero no debemos olvidar que descansa junto a la muerte, donde allí es eterno. Él nos deleita con la más celestial de las músicas, pero también puede convertirse en el ruido más insoportable. Sólo el amor que vive en nosotr@s logra mantener el volumen equilibrado.
Su sombra siempre está al acecho, instalando miedo.
Es esa vocecilla que dice : " Ni lo intentes, no lo lograrás", " vaya tontería", "eso es imposible", " eso no vale para nada", y otras "lindezas". ¡ No la hagamos ni puñetero caso! Ella hace que el silencio deje de ser alimento para convertirse en depredador. Viene como un murmullo, como un run-run, disfrazada de silencio, y si la escuchamos nos envuelve, poco a poco, sin darnos cuenta, y de un momento a otro, cuando el amor se ausenta de nuestro corazón...¡zas!, acaba por devorarnos.
En un libro de Biología se definía el miedo como " una alerta innata que prepara ante un peligro o depredador". Y yo me pregunto, ¿ y cuando el miedo es el depredador?
Por ahí en un artículo cuentan que el mal más extendido en nuestra sociedad es la Depresión (un bien para las élites), o lo que es lo mismo, la enfermedad del silencio voraz apoderándose del alma. Las grandes enferma-farmacéuticas saben que el mundo silenciado es un mundo más manipulable. Engordan sus bolsillos con dinero lleno de silencio, al ritmo de Prozac y demás venenos para generar anorexia en el alma, un abismo en forma de pastilla que no servirá para nada mientras no contenga AMOR ( la más potente medicina) entre sus componentes.
¡Sal, Mundo desenamorado!, sal del silencio sombrío y grita a los cuatro vientos el Amor que llevas dentro!
La vida entera te está cantando.
( Ada Luz Márquez)
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