El árbol de la Vida lleva dentro a todos los bosques. En él viven todos los árboles que nos dan cobijo y sombra en tiempos de sol quemante, los que nos refugian de las tormentas, los abuelos centenarios, testigos del ciclo de la vida y la muerte, esos seres atávicos, antiguos, sabios, hogares vivientes que llevan estrellas en sus ramas.
Árboles, que no saben de fronteras, abriéndose paso entre la tierra y las piedras, brotes verdes con alma de Robles invencibles, simientes de esperanza, pulmones del cielo, siempre ofreciendo frutos como respuesta...
Llevamos un bosque ramificado en el corazón. Está vivo, más allá de sequías e incendios, latiendo...
(Ada Luz Márquez)
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