- No te preguntes, no me preguntes. Pregúntale al silencio. Pregúntale y párate a escuchar lo que va a contestarte. Puede que no quiera contestarte. Si es porque no oyes nada, quizás debas acallar primero todo ese ruido mental. Si no le entiendes, puede que hayas perdido práctica en el lenguaje del alma, la lengua salvaje, la que todos llevamos dentro y habla en todo cuanto existe. No te apures ni te impacientes, escucha humilde, serena y honestamente. Y poco a poco irás comprendiendo todo lo que te diga más allá de las palabras, hasta que ya no hagan falta palabras...
╰ Ada Luz Márquez ╮
-- ℋermana Ấguila --
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