Hasta que un día dijo: NO.
Y cambió la película entera... Y los explotadores comenzaron a sentir la soga al cuello como suya, y los verdugos sintieron el yugo de la existencia, y la toxicidad escuchó la verdad del cristal vacío y transparente de su ser salvaje y verdadero.
Dijo NO, y las fronteras desaparecieron, especialmente aquellas construídas de Miedo, aquellas que faltaban el respeto a la artesanía labrada toda una vida, la de las manos de niña y de madre, con la inocencia en sus cuencos y con la fortaleza de su lealtad al Amor que ofrecen cada vez que dan.
Dijo NO, y con ello liberó cadenas de otras jaulas, argollas de otras telarañas, aquellas labradas de silencio y soledad colectiva.
Dijo NO, a todo menos a su alma,
y el Mundo se hizo metamorfosis,
y se transformó en Mariposa.
(Ada Luz Márquez)
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