Saberme loca me alivia, me sana, me reconforta; porque ahora voy sabiendo quién soy, porque al fin comencé a re-conocerme. El problema fue haber renegado de mi locura demasiado tiempo, haber pretendido ser normal, haber intentado silenciar la poesía desbordada de mis labios articulando palabras nombrables, haber acallado los cantos de las piedras, el grito de las estrellas, el beso apasionado de las tormentas, mis conversaciones con nadie, en definitiva, haber hecho creer ( sobre todo a mí misma) que estaba cuerda y por ende negar mi bendita locura ultrajando mi naturaleza caótica y desmembrada en favor de la lógica y la sensatez, fue lo que verdaderamente me hizo enfermar de cordura.
Ahora me sé loca.
Ahora me sé Libre.
Ahora me sé Libre.
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