Se sumergió en la cueva de su ser
y escuchó el eco
del impulso imbatible de la vida,
que le decía,
latiendo:
" Llevas dentro
la fuerza de la Tierra.
Así que quita las telarañas,
teje redes nuevas,
remienda los sueños rotos
y despliega de par en par
las alas de tu alma"...
Al momento
alguien tocó suavemente su hombro,
y al girarse
un inmenso abrazo
la llenó de Amor.
Era ella quién se abrazaba,
y venía
para quedarse.
≈ Ada Luz Márquez ≈
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