Pero lo que me preocupan son esas marcas que dejan algunas palabras debajo de la piel, esas navajas cortantes en forma de culpa, humillaciones invisibles, insultos en voz baja, violencia susurrada, balas sutiles, espadas camufladas con flores, flechas perversas y profundamente hirientes que golpean el alma sin que nadie se dé cuenta, muchas veces ni siquiera siente la hemorragia quien la sangra. Pero si de algo estoy segura es que de todo se sale y de que ninguna nube llueve eternamente. Y que el Amor es lo único real. Que siempre, al final de la tormenta, espera un luminoso arcoiris. Siempre habrá Poesía.
Y el Amor siempre vence.
o casi siempre.
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