Ámala,
haz que sentirse amada
sea para ella una certeza
y no una posibilidad.
Cuídala,
como se cuidan los tesoros
que no tienen materia,
los más valiosos.
Respetala,
como el verso respeta a la palabra
porque ve en ella la más hermosa poesía.
Mímala,
hazle saber en todo momento
que tu corazón es el mejor nido
donde el suyo puede descansar.
Bésale el alma
hasta curar sus heridas,
sé la Medicina y nunca la espada,
sé su arrope y no su temblor de frío,
llénala el alma de flores y no de dudas,
no sea que algún día
sea su recuerdo
lo único que puedas besar.
~ Ada Luz Márquez ~
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