Decido delegar en la vida,
no querré someterla a mi voluntad,
no querré enjaularla dentro de mis planes,
no me resisto a su influjo divino.
Dejaré que me atraviese,
que me cale hasta los huesos,
que me empape el alma,
dejaré a la hilandera Vida
tejer las hebras de mis pasos
entretejidos a todos los caminos.
Dejaré que me lleve de la mano,
no me opondré a su fascinante vértigo,
seguiré el mapa escrito dentro de mí,
el símbolo sagrado que corre por mis venas,
ese que late fuerte,
ese que ama sin límites.
Me dejaré guiar
por el mismo impulso
que hace nacer a las estrellas.
Si, delego en la vida,
me abandono a su vaivén,
bailaré descalza su eterna danza,
sus lunas y mareas dentro de mí,
y dejaré que suceda
o que no suceda,
dejaré que se diluya
o que eclosione,
permitiré que sea
lo que ha de ser,
o no ser.
Concedo a la Vida
su voluntad
de vivirme libre.
~ Ada Luz Márquez ~
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