Mis pies han transitado otros mundos, mi corazón ha abrazado otros corazones, mis ojos han contemplado otros paisajes. Y al regresar a mi mundo, a mi corazón y a mi paisaje me doy cuenta de que en realidad siempre fue el mismo y nada lo es al mismo tiempo, que soy yo la que cambia a cada instante. El mismo tiempo y el mismo espacio en otras tierras que son la misma nutriendo a todas las flores, el mismo cielo y las mismas Estrellas, el mismo sol alimentando nuestra existencia, el mismo corazón latiendo en miles de pechos, el mismo impulso en todos los árboles, la misma raíz primigenia, el mismo abrazo en todas las lenguas. No pueden las palabras ser la belleza, no puede la cáscara ser la semilla entera ni el punto suspensivo explicarse en distintos idiomas. No puede la Flor ser más que ella misma. Y esa es su belleza, no es ni aspira a ser otra cosa que todo lo que Es, reflejando su poesía viva en la piel de la palabra, hasta hacerla florecer.
Ada Luz Márquez
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( Fotografía de mis piecitos caminando un sendero de tréboles de cuatro hojas en las ruinas toltecas mexicanas, a casi 3 mil metros de altitud) 🍀🙏🏼 |
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