La cumbre de cambio climático llegó, agónicamente,
a su fin. La realidad acabó siendo peor que las
previsiones, y el Acuerdo de Copenhague, parido entre
cinco países, ni siquiera tiene estatuto legal en el marco de la Convención.
La sociedad civil, sin embargo, logró poner en la agenda pública
un concepto hasta hace poco marginal: el de la justicia climática.
El sábado, el helado aire de la capital danesa sabía a hiel.
No se hizo historia en Copenhague. Tampoco se selló ningún pacto contra el cambio climático.
Tras dos años de intensas negociaciones entre 194 países,
rompe los ojos
rompe los ojos
la división entre el mundo rico y el pobre.
Pero la sociedad civil tuvimos algunos "éxitos", como imponer temas en
la agenda climática y hacer oír más fuerte la voz del Sur.
El techo de la casa se quema, pero los gobernantes, el sistema económico
y la humanidad misma ignoran la alarma y siguen echando leña al fuego.
La casa no tiene salidas de emergencia, no hay a dónde
escapar.
El silencio ya no es aceptable cuando se trata de los derechos de la
El silencio ya no es aceptable cuando se trata de los derechos de la
mitad de la humanidad.
Pero mientras nuestros líderes fueron incapaces de hacer Historia, la gente alrededor del mundo sí lo logró. A través de miles de vigilias, marchas y protestas, cientos de miles de llamadas telefónicas y una petición con millones de firmas, hemos asistido al surgimiento de un movimiento sin precedentes en torno a este momento. Tras conocer el resultado de las negociaciones, uno de nuestros miembros de África escribió: "Se requiere mucho esfuerzo para poner en marcha a un elefante, pero cuando lo haces, es difícil detenerlo... ¡el elefante ya está en marcha...!"
Pero mientras nuestros líderes fueron incapaces de hacer Historia, la gente alrededor del mundo sí lo logró. A través de miles de vigilias, marchas y protestas, cientos de miles de llamadas telefónicas y una petición con millones de firmas, hemos asistido al surgimiento de un movimiento sin precedentes en torno a este momento. Tras conocer el resultado de las negociaciones, uno de nuestros miembros de África escribió: "Se requiere mucho esfuerzo para poner en marcha a un elefante, pero cuando lo haces, es difícil detenerlo... ¡el elefante ya está en marcha...!"
No nos vamos a dejar vencer, no les vamos a dar ese gusto.
Como dijo el maestro Benedetti: "Cómo voy a creer que el mundo se quedó sin utopías,
cómo voy a creer que la esperanza es un olvido o que el placer una tristeza".
Para mí Copenhague sí ha hecho historia, hemos luchado y seguiremos luchando,
será que los utópicos nunca nos rendimos,
será que tenemos los ojos bien abiertos y el alma crecida con cada derrota.
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