Respiró profundo, tomó impulso
y abrió la puerta de sus sueños...
y entró tanta luz del Sol que deslumbró sus ojos.
Y sintió miedo, miedo a la ceguera, miedo al horizonte.
Y por un momento, sintió el impulso de retroceder,
de regresar a la fría y casi cómoda oscuridad...
Pero ya no había retorno,
porque el Sol ya no brillaba desde el otro lado de la puerta,
sino desde dentro de sí.
.
--Hermana Águila --
(Ada Luz Márquez)
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