Puedes venir a decirme
todo lo que ya sé
y que me he dicho a mí misma
hasta saciarme de indigestión:
que no soy perfecta,
que cometo muchos errores,
que soy impulsiva,
explosiva,
compulsiva,
que tengo y contengo mil defectos,
mil prismas,
que estoy loca (en un mundo al revés),
que vivo en un mundo aparte
(el mismo que tú habitas en silencio
en tus sueños de libertad).
Yo te diré entonces algo que sé
irrevocable como roca,
sin necesidad de tu aprobación:
Sé que soy Magia.
Sé que soy Poesía.
Y siendo todo lo que en mí habita,
que desde mis entrañas brota,
y llueve
y estalla,
y vuela,
y cae,
y se levanta,
con mis noches y estrellas,
con mis Lunas nuevas y llenas,
con mis Inviernos y Primaveras,
y mi imperfecta humanidad,
te diré con la claridad del agua
que ninguna nube negra
como tu juicio,
tu prejuicio,
tu niebla y tu miedo,
podrá hacerme oscurecer. .
.
.
Ada Luz Márquez
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