Cuando al fin me rendí
al poder de mi destino,
cuando abrí los brazos y el pecho
al absoluto Misterio de la vida,
y se calló el juicio,
y se apagó el ruído,
y se acabó la crítica
y el autosabotaje,
y dejé de hacerme tantas preguntas...
Llegó el silencio
a susurrarme todas las respuestas.
.
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Ada Luz Márquez
EN LA FOTOGRAFÍA: ADA LUZ MÁRQUEZ |
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